Hace ya algunos años (si años) que vengo escuchando la palabra emprender y de alguna forma siendo parte de esa gente, movimiento o ecosistema… (o actual burbuja) llámese como se quiera.
Ahora está muy de moda el término y por ello se han empezado a sumar (algunas más pronto y otras más tarde) muchas instituciones y administraciones públicas con iniciativas de medio pelo, (desde aquellos viveros medio vacíos en polígonos industriales o parques tecnológicos) a la más recientes medidas o ley de emprendedores del gobierno de la que muchos emprendedores no pueden beneficiarse por sus requisitos o complejidad.
Y durante ese tiempo he participado en muchos eventos relacionados con emprender (o el ahora llamado emprendimiento) e incluso he sido organizador de alguno de ellos en Valencia, junto con otras personas de mente inquieta, harto de tener que ir a eventos interesantes a Madrid o Barcelona y que no los hubiera en mi ciudad.
También durante mucho tiempo se ha escuchado bastante el adoctrinamiento sobre que es emprender y que no lo es. Para muchos montarte tu «chiringuito», es decir emprender por autoempleo no era emprender, porque no quieres crecer y generar un negocio y riqueza para otros. Para muchos intra-emprender tampoco era emprender, ya que si se hace dentro de una empresa no mola, porque se cuenta con más o menos recursos y apoyos de la empresa madre.
Así que mis dos experiencias no-emprendedoras se pueden resumir.
Intraemprender.
En mi caso trabajaba en una administración publica local de tamaño pequeño – mediano (lo que viene siendo un Ayntamiento) y en un determinado momento al terminar uno de los contratos me dijeron que me iban a «trasladar» a la nueva empresa municipal.
En esta nueva empresa municipal entre con los primeros 5 empleados. Pusieron un gerente que venia de ser subdirector de una empresa similar en otro municipio (un contable, un ADL, …) y a mi me trasladaron con todo mi trabajo y mis funciones de comunicación e informática al frente de ese nuevo departamento en la empresa y lo que viniera en ella.
Me llevé mi ordenador, rescatamos uno «viejo» para el gerente que configuré desde cero y me fui a una nueva oficina vacía, con mesas y sillas en un edificio contiguo habilitado al efecto. También recuerdo perfectamente como el primer día además del ordenador me llevé todo el material de oficina de mis cajones y mesa. Una hora después tuve que hacer una visita para «robar» el primer paquete de folios y unos pocos bolígrafos para la nueva empresa municipal.
Cuando se pudo compramos un pequeño ordenador y disco externo para hacer de servidor corporativo, organicé y configuré todo el sistema informático y la red interna, a la vez que uno a uno todos los ordenadores de los nuevos empleados que iban entrando, hasta que pudo entrar alguien en mi departamento que me ayudara con todo eso.
Y como único empleado trasladado y que conocía el pueblo y la administración del Ayuntamiento me tocó enseñar al nuevo gerente a quien era quien, como estaba organizado todo, como se hacían las cosas allí y en definitiva a navegar en aguas que para él eran nuevas.
Desde la nueva empresa y el departamento de comunicación e informática que coordinaba y fue creciendo, asumimos el mantenimiento y organización de todo el sistema informático municipal (Ayuntamiento, Policía Local, Instalaciones deportivas, …) y todo el software municipal, que hasta entonces habían estado atendidos bajo mínimos y sin planificación.
Toda la gestion unificada de la web, correo electrónico corporativo y sistemas de internet. Y se hicieron y coordinaron de forma proactiva proyectos interesantes internos y de los que ofrecían las distintas administraciones superiores a los que podíamos optar… como intranets, bolsas de trabajo, sistema de soporte a usuarios y un proyecto de acceso ciudadano municipal a internet pionero y considerado entre los 5 primeros de España.
Autoempleo aka prestar servicios de lo que sabes hacer.
Por motivos personales y familiares en 2008 me puse a prestar mis servicios como freelance. Servicios aquellas cosas que por mi experiencia laboral (y no laboral como voluntario) sabia hacer.
En principio como autoempleo y sin mas expectativas que empezar a funcionar e ir viendo el entorno, la situación y como iba evolucionando. Es decir sin idea de crear un producto (para masas ni para nicho) o de crecer como empresa, contratar, buscar inversión para ir creciendo.
Estuve prácticamente dos años así prestando servicios. Viajando a Madrid y Barcelona para ir a eventos y congresos del sector que me interesaban para aprender, conocer a gente y darme a conocer. Y fruto de ello fue que además de en Valencia, empecé a trabajar desde Valencia con emprendedores y empresas de otras ciudades (Madrid, Barcelona, Bilbao, …) y en proyectos realmente interesantes.
La otra consecuencia fue colaborar o ser co-organizador de algunos de esos eventos en Valencia, harto junto con otras 4 o 5 personas que siempre coincidíamos en el tren para irnos a otras ciudades a ellos.
Y la experiencia de esta forma de trabajar es que al final estableces relaciones con otros freelances, autónomos y pymes con los que trabajas en conjunto y se hacen proyectos comunes, por lo que aunque no creces dando empleo si generas proyectos en los que das cabida a otros profesionales complementarios.
Esa época laboral terminó con una oferta de irme a Madrid a una gran agencia multinacional de la publicidad y medios, para incorporarme al departamento de nuevos medios.
Y tras dos años más en Madrid en ese trabajo y volverme a Valencia por un tema familiar, es el mismo modelo que inicié cuando pude, primero con mi nombre como persona y ahora recientemente con un nombre de marca.
Con el margen del intervalo de la falta de tiempo en Madrid por mi trabajo en una empresa he seguido participando, colaborando y siendo mentor en evento de emprendedores, en incubadoras y aceleradoras de startups y presto servicios a startups en los ámbitos de la comunicación, marketing, etc…
Y además siempre he tratado de hacerlo de una forma inteligente y coherente, reduciendo gastos al mínimo y mucho trabajo de picar piedra y no de vender humo, establecer relaciones de confianza en base a trabajo bien hecho y buscando priorizar y hacer proyectos interesantes por mi propia salud mental y por el potencial de comunicación y contactos que pueden proporcionar luego.
Concluyendo.
Hace unos pocos meses en un debate de un evento sobre emprender hice estas preguntas, si intraemprender era emprender y si prestar servicios sin intención inicial y clara de crear un proyecto o crecer es emprender. Y parece que ahora esos viejos dogmatismos y cátedras sobre lo que es emprender ya se han diluido bastante.
Además de que había algún asistente que habia intraemprendido dentro de empresas grandes y estaban de acuerdo en que si. Así que vuelvo a plantear el título. Yo no he emprendido. ¿O sí?
Porque además de que el dogmatismo o normas se hayan relajado o no, en mi opinión el ser emprendedor es una actitud y da igual donde estés trabajando ni para quien. Aunque si es cierto que en algunos entornos es más fácil serlo que en otros.
Ahora parece que emprender mola, que es para todo el mundo y que es una gran la solución al enorme paro. Pero ninguna de esas cosas es cierta. Ni todo el mundo sirve (como no todo el mundo sirve para trabajar en una gran empresa, ser autónomo o dirigir equipos) ni mola. Pero eso, es otro tema que probablemente da para otro post.